jueves, 8 de marzo de 2018
miércoles, 7 de marzo de 2018
Síndrome de Moebius
Ya se que también eres una Mentira, pero inocentemente sin saber como me sentía, y sin preguntarmelo me sacaste una risa cuando mis ojos no podían más de tanto llorar. Me sigue contagiando tu calma y constante estado de sensualidad placidez.
Entonces, Mi frente se levantó para ver que había más allá de la basura que hoy pisaba con el cerebro.
Sentir tanta incertidumbre a diario no es normal... ¿O si?
Constante estado de duda...
Normal... y, últimos años exageró al 100%.
Esos años cada día me perdiste un poco más sin darte cuanta, tal vez, sin darme cuenta.
Refleja tus intensiones en ellas en las intenciones de los demás hacia mi.
Esto es fácil cuando uno no tiene claras las cosas siempre aparecerá un pero.
El pero de mi para ti, no existía, estuve a punto de perderlo todo por ti. Pero, que me quedaras tu. Después de darlo todo, ni tú te quedaste...
Las manchas en la pared percudidas por tantos años, ya no se diferencían unas con otras, pues se han mezclado, rayones que no se lograron limpiar hasta hoy día...
Antes de cerrar mis ojos algunas noches, hay una gran opresión en el pecho, me he cambiado la playera, la blusa dirías, pero eso sigue ahí.
A veces cuando las experiencias estéticas están a flor de piel recuerdo tu carita afilada linda, tu cuerpo el mejor de todos, tu ropa la más bonita en ti y también en mi, las películas más hermosas la comida más disfrútable, la risa más tonta. Pero también las cosas ocultas, la mentira que sigue a la otra, la traición tan grande, la agonía profunda.
Decreto que llegará el día que encuentre esa calma, esa que se siente segunditos antes de quedarse dormida en una posición cómoda con música para dormir, con la ropa más fresca o más calentita.
O esa que solo llega cuando danzo y se me olvida el mundo.
Tengo la gran fortuna de salir de donde yo misma quise meterme.
Y otra vez, vuelven a pasar ese tipo de cosas que me logran motivar.
Mi rostro sigue sin expresión.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)